Muchas de las veces el término diseño es utilizado de forma errónea, por su ambigüedad, abusando sus connotaciones o porque definitivamente es una palabra que se puede adaptar a muchos usos, como es el electrónico: diseñar redes, económico: diseñar un plan de presupuesto, frases que no tienen ni un ápice de relevancia con lo que nosotros conocemos como Diseño. No se si es solo en éste país pero muchas veces el diseño es muy mal usado creyendo que todo el mundo puede hacer o es tan fácil como saber usar las herramientas. La práctica hace al maestro, sin embargo eso no da derecho de autollamarse diseñador o creerse diseñador por solo el hecho de tener buen gusto, saber bocetar o conocer técnicas de elaboración. Las herramientas que plasman las ideas están al alcance de todos, pero solo pocos son los que saben como utlizarlas, entonces: ¿como reconocer la diferencia? es muy fino el límite, el estudio universitario respalda el título de diseñador aunque no necesariamente conlleva a que te haga uno bueno y contraposición el hecho de que hagas cosas «bonitas» no te hace diseñador.
A un ingeniero, doctor, abogado, no lo podrán confundir con personas que sepan hacer lo mismo solo en base a su experiencia, ese tipo de profesiones tienen respaldos legales que lo escudan de los ‘outsiders’. Y los diseñadores? no nos podemos resguardar de todas las personas que sepan los programas, tengan buen gusto, conozcan como hacer algo de «diseño», es algo muy desalentador y a veces deprimente, a menos que empecemos a distinguirnos, sobresalir, lanzar ideas que demuestren nuestra capacidad y mostrar al mundo que el diseño es más, hay mucho más detrás de esa palabra.
No hacemos «dibujitos», «planitos», «grafiquitos».
Creamos, innovamos, cambiamos al mundo, hacemos DISEÑO